martes, 28 de marzo de 2017

CURSO; CONOCERSE PARA CRECER

Curso "CONOCERSE PARA CRECER en Murcia

Del 31 de marzo al 2 de abril de 2017.Te invitamos a que te enbarques en la aventura de conocerte mejor
Es el primer curso que abre las puertas al crecimiento como persona y al desarrollo de las potencialidades que todos los seres humanos tenemos dormidas u olvidadas.
Sus objetivos son:

· Facilitar, de una forma sencilla pero completa y eficaz, el autoconocimiento y la comprensión de la propia personalidad.
· Descubrir tus potencialidades no desarrolladas y los condicionantes que impiden tu desarrollo.
· Estimular el compromiso serio por el crecimiento propio y facilitar medios adecuados que sirvan de apoyo.

Consta de 2 partes:

1. Curso de fin de semana:
Se realizará, en régimen de internado, en la Casa de Ejercicio "Sagrado Corazón" de los Jerónimos (Guadalupe-Murcia).
Fechas: Del 31 de marzo al 2 de abril de 2017

2. Seguimientos: 2 horas de trabajo semanal en grupo, durante 10 sesiones, en la Sede del Teléfono de la Esperanza de Murcia (se ofrecen distintas alternativas de horarios).

+ info:: 968 34 34 44
murcia@telefonodelaesperanza.org

QUE SIGNIFICA SER ADOPTADA?

Qué significa ser adoptado?

 La Maestra Debbie Moon's de primer grado estaba discutiendo con su grupo
la pintura de una familia. 

Había un niño en la pintura que tenía el cabello
de color diferente al del resto de los miembros de la familia.
Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado
y una niña compañera del grupo le dijo "Yo sé todo de adopciones por que yo
soy adoptada".

 

 "¿Qué significa ser adoptado?" preguntó otro niño.
"Significa", dijo la niña, "que tú creces en el corazón de tu mamá en lugar
de crecer en su vientre".

FUNCIONA EL CASTIGO CON LOS NIÑOS

¿Funciona el castigo en los niños? Alternativas al castigo

Con frecuencia nos consultan los padres para averiguar por qué sus hijos no aprenden del castigo, a veces incluso creen que los niños tienen un problema de comportamiento, que desobedecen por sistema y de forma desesperada van aumentando la intensidad de los castigos para conseguir que sus hijos rectifiquen sus conductas, llegando a producirse también un verdadero problema de comunicación efectiva entre padres e hijos.

¿Funciona el castigo?En los últimos tiempos cada vez más expertos en este área afirman que no. Uno de los motivos principales es porque cuando lo que queremos obtener es que el niño aprenda las consecuencias de sus actos cuando no están bien, si castigamos no permitimos que el niño reflexione sobre lo ocurrido y lo que sí tendremos es un niño enfadado pensando, muy probablemente, en cómo vengarse. Esto no quiere decir que no haya que establecer consecuencias sobre un mal comportamiento, todo lo contrario, es necesario hacer ver al niño con rotundidad lo que no ha sido correcto, por ejemplo pegar a otro niño, y hacerlo con firmeza y autoridad, seguidamente hay que explicarle cómo puede rectificar su comportamiento y hacerle ver lo que esperamos de él.


Los adultos cometemos el error frecuentemente de dirigirnos al niño atacando su forma de ser, por ejemplo imaginemos un niño que está corriendo y saltando dentro de una tienda y tira algo sin querer, y enseguida le decimos: “¡para ya!, te estás comportando como un animal”. Tampoco le hacemos ver así lo que ha de rectificar porque no nos estamos refiriendo a su comportamiento si no a su personalidad, es un error porque influimos negativamente en el concepto que tendrá el niño sobre sí mismo, y no favorecemos que entienda qué ha de cambiar. En este caso sería más adecuado decirle al niño que “no está bien correr dentro de una tienda porque es molesto para los demás” y ofrecerle una solución.

Es importante tomar medidas para que el niño aprenda a no volver a repetir su conducta inadecuada, en el ejemplo anterior el próximo día que haya que ir a una tienda el niño no irá por su comportamiento, así hemos de explicárselo y hacerle ver que en otra ocasión confiamos en que podrá hacerlo muy bien. Así, la consecuencia está directamente relacionada con lo ocurrido y de esta forma sí favorecemos que aprenda de ella.
 
Otro aspecto a señalar es expresarle al niño cómo nos sentimos cuando desobedece o actúa mal, por ejemplo si el niño se retrasa al llegar a casa y nos encuentra muy enfadados y directamente echándoles una bronca es menos efectivo que, aunque estemos enfadados y se lo transmitamos, lo hagamos de forma calmada y expongamos nuestra preocupación por su retraso.

En resumen, el artículo trata de exponer la importancia de hablar con los niños para señalarles lo que han de rectificar, cómo han de hacerlo y para ello tenemos que explicarles lo que esperamos de ellos en las distintas situaciones. También es importante establecer consecuencias relacionadas con lo sucedido, como en el ejemplo anterior, en vez de utilizar otro tipo de castigos (no ver televisión, retirar juegos o juguetes, etc.).

jueves, 16 de marzo de 2017

REFLEXION PAQUETE DE GALLETAS

CUENTO PARA PENSAR

El Paquete de Galletas

Había una vez una señora que debía viajar en tren.

Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.


Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.

El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: "No podrá ser tan caradura" mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco.

-¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta.

-De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad.

Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: "¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!" De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.

miércoles, 15 de marzo de 2017

TU AMIGA LA ANSIEDAD

Hola! soy la Ansiedad


Soy la ansiedad, no te asustes… vengo en son de paz, por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?

Digo, sé que te sientes horrible cada vez que aparezco, que te desesperas y quisieras mandarme a volar, sé que si pudieras… me matarías, sobre todo porque crees que yo soy la que te quiere matar o hacer daño, pero créeme, si no te he matado, no lo voy a hacer.

No estoy aquí para hacerte daño, mucho menos para volverte loco, creo que ya te lo he demostrado cada vez que llego a tu cuerpo, hago un relajo y te asusto, pero al final del día… no te he matado, no te has vuelto loco.

Si pudiera, lo haría, pero esa no es mi idea.
La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti, estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y de demostrarles a los demás que eres digno de ser amado… que no escuchabas mis pequeñas señales.
¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O qué tal esa vez que sin razón aparente te soltaste a llorar?

Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero no lo hiciste, seguiste con tu ritmo de vida, seguiste con tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte, hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero tampoco me quisiste escuchar.

Aunque acá entre nosotros, los dos sabemos que sentías mi presencia, es por eso que cuando te quedabas tranquilo… o era momento de estar sólo contigo mismo, en soledad… te empezabas a poner nervioso, como si algo te impidiera quedarte quieto.

Te desesperabas, porque “no entendías” con tu mente racional lo que estaba pasando, y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.
Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte.
Y te felicito si estás leyendo lo que te digo, porque significa que ya tienes el valor de escucharme, y créeme, nadie mejor que yo sabe de tu gran habilidad para evitarme y salir corriendo, huyendo de mí como huirías del monstruo en el bosque oscuro.

Como esas veces que me evitas y te distraes embobándote horas con la televisión, viviendo las vidas de otras personas que ni conoces para no enfrentar que la tuya no te gusta.

O qué tal, de esas veces que con un par de cubitas lograbas adormecer tus nervios e inquietud; y ni qué decir de esas otras substancias que más allá de adormecerte, te fugan de esta realidad que no quieres enfrentar.

Pero bueno, espero que ahora estés listo y lista para enfrentar tu realidad y escucharme por fin. Espero que estés listo y lista para enfrentar la verdad de tu vida y de ti mismo tal y como es, sin máscaras, sin atajos… sin pretensiones. Así es que aquí te van las cosas como son.

Lo único que llevo tratándote de decir todo este tiempo, es que… ya es tiempo de evolucionar, necesitas hacerlo, no hay de otra.

Necesitas crear cambios muy profundos dentro de ti, pues por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno. Por eso yo estoy aquí, para ayudarte a recuperar esa plenitud que vive dentro de ti, y para lograrlo, tendrás que deshacerte de lo que te impide contactarla.

Estoy aquí para ayudarte a ver precisamente qué te impide contactar con tu sentido de vida, con tu pasión por vivir, con tu alegría y con tu verdadero ser que es tu esencia. Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque tú mismo no te has dado cuenta que no estás siendo pleno y feliz, así es que si vuelvo a aparecer, no te asustes… mejor agradéceme que llegué y escúchame.

Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida, los harás de inmediato, claro, eso si realmente quieres sentirte bien de nuevo, todo depende de qué tanto quieras. Y sé que sí quieres, pero a la vez sé que quieres seguir en tu confort y en tu comodidad por vivir con “lo conocido”, aunque eso conocido te haga daño.

Prefieres seguir buscando la aprobación y aceptación de los demás, haciendo hasta lo imposible por llamar su atención; buscando seguridad en otras personas menos en ti; prefieres que los demás sean responsables de tu persona que tú mismo, y claro, te entiendo, todos quisiéramos regresar a la panza de nuestra mamá y despreocuparnos de todo.

Pero… te tengo una noticia, solamente entrando a un temazcal podrás acercarte a esa experiencia. Mientras tanto… necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando me escuches y yo vea que ya me hiciste caso, créeme que me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya.

Y eso es algo muy importante que quiero decirte, en verdad me iré en cuanto vea que estás haciendo esos cambios en tu vida, cuando vea que estás en camino a tu evolución y que estás dispuesto a crecer y recuperarte a ti mismo. Mientras no lo hagas… aquí seguiré.

En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas.
Necesitas de mi para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual déjame decirte que está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que no te ayudan y que nada más te limitan; necesitas perdonar todo ese enojo que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.

Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.

Necesitas de mí para ponerle límites a las personas que te lastiman; para que te agarres de valor y aprendas a decir que “no”; para que dejes de mendigar amor con quien no te merece; para que dejes de depender de la existencia de tu pareja para ser feliz; para que de una vez por todas… ¡cuides tu cuerpo!
¿De qué otra manera le habrías puesto atención a tu cuerpo? Digo, probablemente de muchas maneras, pero ésta está funcionando. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.
¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo porqué lo haces… si lo tienes todo, lo eres todo, tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severo contigo mismo… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo.

Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el timón de ti mismo, pregúntate qué has hecho que te ha sacado de tu equilibrio interior. Pregúntate realmente cómo quieres vivir y lucha por esa vida, es tu vida, y solamente tú puedes decidir sobre ella… si a los demás no les parece, es porque los estás retando y tarde o temprano te seguirán, y si no… tendrán otra oportunidad, dales chance.

El único control que puedes tomar es el de ti mismo, pero para recuperarlo, tendrás que aceptar que lo has perdido, y que dejes que yo me exprese, que salga a decirte con todos esos síntomas tan horribles que me inventé para decirte algo muy claro, pero si me reprimes y te distraes cada vez que llego… no podré hablarte y vendré más fuerte.

Así es que la próxima vez que me sientas llegar, haz un alto, cierra los ojos… déjate sentir todo lo que te estoy diciendo, apaga tu mente racional por un momento, déjate llevar… y entiéndeme. Después, empieza el cambio en tu vida con acciones claras y específicas, y en menos de que te des cuenta, me iré.

Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda que no quiero lastimarte, quiero ayudarte a que recuperes tu propio camino de evolución, el camino que si lo tomas, te hará mucho muy feliz.

Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tu esencia.
Soy tú mismo gritándote con desesperación que me escuches por favor. Así es que hola, yo soy tú, hablándote desde el fondo de tu corazón, desesperado tocándolo para que me pongas atención, lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir de ahí.

Con cariño, tu esencia disfrazada de ansiedad.

Necesito de Alguien....

Necesito de Alguien....
 Necesito de Alguien....

Que me mire a los ojos cuando hablo.
Que escuche mis tristezas y neurosis con
paciencia y aun cuando no comprenda,
respete mis sentimientos.
 
Necesito de alguien
que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.
Alguien lo suficientemente amigo para
decirme las verdades que no quiero oir, aun sabiendo
que puedo irritarme.
 
Por eso, en este mundo de indiferentes,
necesito de alguien que crea
en esa cosa misteriosa, desacreditada, casi imposible:
la amistad.

Que se obstine en ser leal, simple y justo.
Que no se vaya si algún día pierdo mi oro y
no pueda ser más la sensación de la fiesta.
Necesito de un amigo que reciba con gratitud
mi auxilio, mi mano extendida,
aun cuando eso sea muy poco para sus necesidades.
 
No pude elegir a quienes me trajeron al mundo,
pero puedo elegir a mi amigo.
En esta búsqueda empeño mi propia alma, pues con una
amistad verdadera, la vida se torna mas simple, mas
rica y mas bella...
   
Charlie Chaplin

miércoles, 8 de marzo de 2017

COMO MARCAMOS LA VIDA DE NUESTROS HIJOS

¿Cómo marcamos la vida de nuestros hijos?

¡Mamá! ¡Mamá!, Me acabo de caer y me duele mucho, dice un niño de unos 5 años, mientras le estira los brazos a su madre. “No te preocupes”, le responde ella, “sólo es un raspón de rodillas que se cura muy fácil”, en ese momento comienza a cantar en tono bajo una canción que su hijo conocía muy bien: “Sana, sana colita de rana, si no sana hoy sanará mañana” mientras se inclinaba para besar la rodilla del niño.


“¡Listo!”, lo anima,”ya verás que te deja de doler y en un par de días estarás como nuevo, sólo te quedara una pequeña marca en este lugar”, señalando la pequeña herida a la mitad de su pierna.
“Y esa, ¿en cuantos días se me quita mamá?”, le pregunta el niño.
“Nunca hijo”, le responde la madre mientras acaricia el pelo sobre su frente, “Las cicatrices no se quitan.

Se quedan ahí para recordarte que pasó algo, que algo se rompió y cambio, y que aunque ya no está la herida, nada volverá a estar como antes”. “Pero no te preocupes, continua, las cicatrices a comparación de las heridas tienen algo bueno: ya no duelen” guiñándole el ojo.
“Entonces, ¿Me tiene que doler para que salga algo nuevo?” pregunta el niño.
“Si” le responde su madre, “Todos los cambios duelen y te dejarán cicatrices de todos tamaños y formas, probablemente las más dolorosas serán las que los otros dejarán en ti, pero lo más importante que debes recordar es que te marcaron, crearon un espacio, una pequeña cicatriz, para que tú pudieras hacer cosas nuevas con lo que te dejaron.

“¿Tú me marcaste, ma?” Levanta la vista el niño buscando la mirada de su madre.
“¡Claro! o de donde crees que salió esa gran cicatriz en el medio de esta panza” responde la madre mientras se inclinaba a hacerle cosquillas en las costillas.


¿Mi ombligo? pregunta en niño en tono confundido, “¡Pero ese no sirve para nada! mamá” Y se suelta a reír.
“Ahorita no”, responde la madre mientras lo abraza, “pero algún día eso que te dejo marca, fue lo que te mantuvo con vida por 9 meses. Tu ahora vez un ombligo, pero en realidad es más que eso, es un recordatorio de que estas vivo y así como yo te marque con tu ombligo, tu marcarás a otros y ellos a su vez a ti. Es un sistema sin principio ni fin, en donde vamos creando surcos que duelen, para crear cosas nuevas que no existían antes. Es imposible marcar a alguien sin ser marcado, todo pasa al mismo tiempo, y es lo que te permitirá cambiar, sanar y empezar de nuevo, no sin antes dejarte una pequeña marca que te recordará que estás vivo.

Y aunque a veces vivir te duela, puedes estar seguro que siempre habrá alguien en el mundo para cantarte “Sana, Sana colita de rana”

El niño cierra los ojos y se queda profundamente dormido.

VIOLENCIA PSICOLOGICA

Atando Cabos – La Violencia Psicológica

Todo lo que deseaba era llegar a su casa pronto, darse un baño relajante mientras tomaba una copa de buen vino y luego, acostarse a dormir hasta el día siguiente. Esa era su imagen de la libertad de una mujer cansada en las horas de la noche. Pero sabía que no era posible para ella porque esas vidas, si es que existían, estaban muy lejos de ser la suya. 

Iba a toda prisa por la carretera, pues se le pasó la tarde hablando de un tema y de otro con ese par de amigas, con las que quedó para recordar los viejos tiempos. Y aunque se entretuvo escuchando historias que le ayudaron a distanciarse de su vida actual, ahora, después de todo, se sintió algo vacía y triste, perdedora, rara, la única que no encontró la varita mágica que le diera lo que las demás se ufanaban de tener.

Empezó a llover. Una fila infinita de coches detenidos le obligó a parar y fue ahí donde se dio cuenta de que, por más que lo intentara, no iba a llegar a tiempo. Así que respiró profundamente, cambió la emisora de noticias por una musical y esperó.  De alguna manera le alegraba lo que estaba sucediendo, ya que tenía una buena excusa para no tener que repetir el guión que día tras día le tocaba interpretar.

También, tenía que aceptarlo, sintió miedo por lo que vendría, ya que sabía que esta transgresión le iba a costar caro. Le imaginó a él caminando de un lado para otro de la casa, como un león enjaulado, imaginando quién sabe cuántas cosas. Nada bueno.  Ella le conocía muy bien, no por nada llevaba al menos 20 años aguantándole. Tenía grabados en su mente cada uno de los episodios de furia desbocada de su marido y, de todas formas, si no los recordara, ahí estaba su cuerpo con su infalible memoria. Total, no tenía escapatoria, o eso creía.

Y fue en este bendito atasco cuando se detuvo un instante para intentar recordar cuándo fue que sucedió la tragedia de su vida. Cuándo se perdió de sí misma para convertirse en la sombra de un hombre que nunca la ha mirado con respeto.
Se dio cuenta de esto hace mucho tiempo pero siempre, como se dice, miró para otro lado. Sabe que, durante todos estos años, se ha cogido como a un cabo ardiendo de todas las historias posibles, las que le contaron y las que se inventó: …Que él cambiaría… Que al fin y al cabo no iba todo tan mal pues nunca le había pegado… Que todo era culpa suya por no ser más comprensiva… Que ese día que él tiró por los aires la comida, fue porque ella no estuvo concentrada cuando había que acertar el punto de la sal y la temperatura… Que las tantas veces que le ha hecho quedar en ridículo frente a sus amigos, ella se las merecía por su mala costumbre de decir lo que se le ocurre a la primera… Que cuando llega a las tantas con olor a mujer desconocida, es porque ella no le presta la atención que necesita, porque no tiene disciplina con la dieta y el gimnasio, porque no está al día con la última moda en lencería.

Y no es que no haya pensado en separarse alguna vez pero… pero los niños, pero el “qué dirán”, pero la vecina, pero el dinero, pero la casa… pero… pero… pero…

Se sorprendió con la cantidad de ideas… ¿excusas?… que se le han ocurrido en todos estos años para no tener que hacer lo que le pedía el cuerpo. Y también es verdad que para engañarse a sí misma sí se lo pusieron fácil. Porque ella, que nada tiene que ver con la tonta que él ha pretendido mostrar a los demás, sabe que siempre ha existido una muda aceptación y que todos, y todas, saben muy bien lo que le ocurre pero que, como por arte de magia, siguen actuando con total normalidad, como si hubiera una regla tácita en la que, incluida su propia familia, la gente tuviera la obligación de negar lo evidente.

Y así fue como aprendió el juego. Realmente no sabe cómo lo hizo, es algo que ha hecho parte de su vida desde siempre. Así era su madre, así era su abuela. Ese hablar sin decir nada, hacerse la de la vista gorda como si no fuera con ella. Pasarse los días hablando de gente y de temas que realmente no le importan. Todo para llenar el tiempo, para intentar tapar el sol con una mano, para evitar sentir el inmenso vacío que es su vida.

Además, ¿quien lo iba a decir? Cuando le conoció él era todo un príncipe, como de cuento. Tan bien vestido, tan guapo, tan fino y, como se decía por ahí, tan de familia bien. Toda una garantía de felicidad, un futuro. Mientras piensa en eso, sonríe con sarcasmo. Ella se sabía la teoría y se dejó llevar por los criterios del momento sobre encontrar un buen marido. Le gustaba sentirse buena, aceptada, conforme con lo que se esperaba de ella. Pero se le olvidó tomarse un momento para escuchar a su intuición porque, recuerda, tenía una mala espina que solo ahora reconoce, y porque en ese momento la obnubilación le opacó la claridad.

Pero ella se daba cuenta y no lo puede negar. Se daba cuenta cuando la cogía con fuerza contra él y ella se sentía como un premio ganado en una rifa. Cuando la celaba porque hablaba con otros hombres que merodeaban a su alrededor. Cuando hablaba de ella como si fuera una muñeca de porcelana. Cuando se negó a que aceptara ese trabajo tan interesante que le obligaba a viajar. Cuando le reñía por comerse un par de trozos de tarta de más, o cuando la paseaba como un trofeo por el Centro Comercial. Cuando el sexo era una una batalla y no una comunión. A ella todo eso le hacía sentir absurda, pero… ¿Por qué se iba a enfadar si se supone que eso es lo que hacen los hombres cuando quieren a sus mujeres?

Y ahora es cuando va atando cabos. No es que él, que era tan bueno, de pronto se volvió malo. No es que ella hiciera algo inapropiado para despertar su furia. Es algo más simple de entender pero posiblemente más complejo de asumir. Es que este hombre, que ahora le hace daño y la desprecia sin el más mínimo asomo de vergüenza, es sólo una de las caras, tal vez la más grotesca, del príncipe del que se enamoró hace 20 años.

Qué descubrimiento! Sintió una especie de vértigo cuando llegó a esta conclusión. Luego, se sintió un tanto aliviada por saber que podía comer toda la tarta que le diera la gana, pasarse en la sal y en la temperatura, entrar al gimnasio o aplazar la dieta para el momento que ella considerara oportuno, llegar a casa ahora… o tal vez nunca.

Y pensó en el paso siguiente: Tendría que contárselo a su hija adolescente, porque si algo quería era evitarle este absurdo destino que ella, antes de este día, no fue capaz de evitarse.
Por cierto… Su hija! ¿Qué estaría pensando ahora… en caso de que estuviera en casa y haya notado su ausencia? ¿Y los demás? ¿Cómo sería la vida sin ella presente en todas partes para hacerles la vida más fácil? Nunca se lo había planteado.



De pronto pensó que no sería igual el mundo si ella no estuviera. Eso le dio un aire de importancia que le sentó francamente bien, y fue en ese momento cuando miró hacia adelante y cuando, para su sorpresa, vio que los coches empezaban lentamente a avanzar y ella pudo retomar el camino, poco a poco.
 Poco a poco…

LA DEPENDENCIA Y EL AMOR VAN JUNTOS


Cuando la Dependencia y el Amor van juntos


 La dependencia es positiva y saludable cuando supone una apuesta, una confianza y la disposición para correr riesgos en la entrega afectiva. Renunciar a esta es un reflejo de la incapacidad de amar, tan propia de nuestros tiempos, en los que se valora menos la solidaridad y la vulnerabilidad, que el éxito y el ser imprescindible para uno mismo.


En ocasiones, a los niños se les insiste en ser independientes desde edades muy tempranas, en no necesitar de nadie, en procurarse sus necesidades solos. A algunos, incluso, se les imponen situaciones tan poco naturales como dormir solos desde los primeros meses de vida y en algunos espacios se le da poca o ninguna importancia a la lactancia materna como fuente de vinculación entre la madre y el niño/a. 

Parece que aún no está bastante claro que para poder crear un vínculo afectivo auténtico, es necesario haber recibido los cuidados afectivos que correspondían cuando éramos totalmente dependientes, es decir, en los primeros años de la vida. Con la evolución del desarrollo infantil, va llegando, a su tiempo, la necesidad de separarse, de diferenciarse, de ir creando identidad.

Cuando se respetan los ritmos naturales desde el nacimiento, se están previniendo muchos de los problemas por los que nos preocupamos en la edad adulta, como es el caso de la dependencia afectiva, en su lado más oscuro. Porque la independencia, vista desde la salud, no consiste en la evitación o en la destrucción de los vínculos afectivos, ni en la omnipotente intención de no necesitar de nadie. Se refiere a la capacidad de amar sin temor, porque existe la confianza dentro de la relación de dependencia recíproca.

Visto desde este ángulo, la independencia entendida como no necesitar de nadie y hacerlo todo solo/a, más que un acto de valentía y un síntoma de salud, supone una necesidad imperiosa de mantener el control sobre la autonomía, y ni el amor ni el crecimiento personal caben en esta escena. Por su parte, la dependencia, en el lado brillante de su espectro, solo es posible en la medida en que se asume la responsabilidad de uno mismo/a, a la vez que se permite la experiencia de “perderse” en el/la otro/a.

Muy diferente es la situación cuando lo que impera es la necesidad de que alguien se haga cargo de la propia vida, poniendo en manos de la otra persona la responsabilidad de gestionarla, mientras se tira por la borda la autoestima. Esto es lo que se llama comunmente “dependencia afectiva”, de la que se habla tanto que ya parece no hacer falta decir nada más.

A este tipo de dependencia es a la que me he referido en publicaciones anteriores, y por lo cual quería completar la visión con su contraria, la dependencia “saludable”, es decir, la necesaria para la supervivencia afectiva, porque ¿quien, que haya logrado algo en su vida puede decir que lo ha hecho todo sin ayuda? En caso de que fuera cierto, antes de aplaudir su proeza, se podrá sentir una profunda tristeza por la soledad que le ha supuesto su hazaña.


Entonces, parece ser que la lucha no está en la defensa contra la dependencia, sino más bien en potenciar la asertividad en la elección de la pareja, del amigo, del maestro, del terapeuta, para no tener que pasarse la vida defendiéndose sino, más bien, poder caminar a su lado con la confianza, a veces ciega, de que nos perdemos para encontrarnos, y si es en compañía, mejor.



LOS NIÑOS Y SUS MASCOTAS

Los niños y su mascota

¿Está pensando en tener una mascota? ¿Tiene dudas si es lo más conveniente para sus hijos? A continuación le brindamos una serie de beneficios que propicia una mascota en el bienestar emocional de su hijo.

1. AUTOESTIMA: La presencia de una mascota es como la de un amigo fiel que te acepta y quiere tal y como eres, por ende los niños experimentan ese amor incondicional, lo cual a su vez incrementa la seguridad en sí mismos y su entorno.

2. RESPONSABILIDAD: Los niños comprenden de una manera muy agradable y receptiva la importancia de cumplir con ciertas responsabilidades para el bienestar de su nuevo amigo: Cuidarlo, bañarlo, alimentarlo, sacarlo a pasear o jugar con él, son labores que realiza con agrado por su amigo.

3. HABILIDADES SOCIALES: En un espacio relajado y de aceptación mutua, los niños aprenden a interactuar no sólo con su mascota, sino con niños que son atraídos por su “amigo”, siendo así un medio sencillo para vencer temores propios de los pequeñines. Sumado a esto, se incrementa la actividad física, mediante los paseos, juegos de pelota, inclusive dentro de los mismos hogares, lo cual colabora en la disminución del estrés, y aumento del sentimiento de tranquilidad y alegría.

4. DISCIPLINA: Sabiéndolo implementar, la mascota es una excelente oportunidad para fomentar la disciplina en el hogar, puesto que el niño debe enseñar y a la vez respetar normas básicas de convivencia. Por ejemplo: Puede enseñarle dónde hacer sus necesidades y los horarios, horarios para comer e irse a dormir, pero a la vez debe respetar el espacio de la mascota mientras come, brindarle su espacio para descansar, entre otros.

5. EXPRESAR AFECTOS: En un espacio tranquilo, de confianza y acogedor para el niño, se aprende a expresar cariño, ser cuidadoso en su trato, comprender fácilmente las expresiones de comunicación no verbal, como por ejemplo: Identificar cuándo la mascota está enferma o asustada, así como el desarrollo de la intuición y la empatía.

6. UNIÓN FAMILIAR: No cabe duda, que la presencia de una mascota involucra a todos los miembros de la familia, suelen ser figuras muy acogedoras, tiernas, juguetonas o simpáticas que llaman fácilmente la atención de sus miembros, por tanto, con el paso del tiempo todos se involucran en su cuido, siendo en muchas ocasiones, un miembro más de la familia.


7. En ocasiones, compartir el espacio de atención en casa con la mascota, colabora a que muchos niños asimilen mejor la llegada de un hermanito.
A la edad de 4 años, los niños se encuentran preparados para establecer una verdadera relación de amor con su “amigo fiel”.

miércoles, 1 de marzo de 2017

DI NO, Y NO TE SIENTAS CULPABLE

¡Dí “no” y no te sientas culpable!

En nuestro día a día, es fácil que nos encontremos con muchas personas a las que les resulta muy complicado decir “no”. Esta dificultad, puede ser dada por compromiso, por falta de seguridad, por tratar de complacer o por la búsqueda de aprobación.
A veces pronunciar un ‘sí’ resulta ser el camino más fácil, cuando en realidad, lo que se piensa y lo que nos conviene es precisamente todo lo contrario.
Cuesta mucho aprender a decir ‘no’, muchas veces incluso a pesar de que la realidad nos manifieste de forma clara que es la mejor opción para nosotros mismos. Para algunas personas es una auténtica lucha interna, se vuelve un objetivo difícil de lograr y en ocasiones mucho más difícil de aceptar.Esta situación puede llegar a hacer sentir culpable a quienes la padecen y a no saber cómo afrontar las complicaciones que se presenten en un futuro, fruto de la decisión negativa.

No saber decir ‘no’ supone entrar en una espiral de la que resulta muy difícil escapar. Cada vez nos comprometemos a hacer más cosas en nuestro día a día: en el trabajo, en casa, en nuestro círculo de amistades, etc., y todo ello nos provoca un alto grado de estrés innecesario y de desgaste innecesario, que muchas veces nos podríamos ahorrar si supiéramos decir un “no” a tiempo.

¿Cómo se gesta el ‘no’ en nuestras vidas?

El ‘no’ aparece en nuestras vidas en una edad muy temprana, aun siendo muy pequeños todavía.Existen dos etapas en las que esta palabra se pronuncia con decisión y determinación;
La primera etapa la encontramos sobre los dos o tres años de edad, cuando el niño empieza a crear su propia voluntad y a hacer valer su autonomía con respecto a la de los padres. Es en esta etapa donde empezamos a resistirnos a realizar algunas actividades, con el claro objetivo de probar nuestra capacidad de decisión.

La segunda etapa se centra en la adolescencia. Alrededor de los 12 años, nuestra resistencia a realizar algunas actividades se amplía más allá del núcleo familiar y afecta a todo el entorno. En esta etapa se asentarán las bases del futuro adulto, por lo que se busca una diferenciación respecto a los padres y a la familia, buscando la propia personalidad.
En la búsqueda de esta personalidad propia, el ‘no’ toma mucha fuerza para conseguir la distinción, llegando a emplearse de forma indiscriminada, como señal de rebeldía o de pasotismo. Es relevante destacar que cuando a esas edades nos relacionamos con amigos u otros adolescentes cercanos, evitamos utilizar tanto el “no” por miedo a ser excluidos del grupo.

¿Miedo al ‘no’?

Existe una terminología para aquellas personas que no acostumbran a decir ‘no’, a éstas se las conoce como personas negafóbicas. A este tipo de personas les resulta prácticamente imposible usar la negación, ya que tienen una gran necesidad de sentirse queridas y aceptadas por los demás, necesitan el agradecimiento y una constante aprobación. Establecen sus relaciones con miedo de perder la simpatía de los otros y a entrar en cualquier tipo de conflicto que pueda hacer tambalear la relación.
A las personas negafóbicas, les resulta muy difícil hacer frente a las presiones de los que les rodean, ya que suelen ser personas muy inseguras de sí mismas. Así pues, la negación ante cualquier petición, se vuelve un gesto que requiere muchísimo esfuerzo, ya que para sentirse queridas por los demás, se sienten en la obligación de hacer favores.


El papel de la asertividad

No se trata de que nos convirtamos en personas egoístas, que no queremos realizar actos por los demás, más bien todo lo contrario. Para cuidar a los demás, debemos de empezar por cuidarnos a nosotros mismos y respetar nuestros derechos. Si alguien nos pide algo y consideramos que, por un motivo lógico y razonable no es nuestra tarea resolverlo, es necesario usar la negación para evitar:
  • Sentir que no nos estamos respetando, al hacer algo que no queremos.
  • Evitar que esa persona recurra a nosotros siempre por lo mismo.
Pero a pesar de no ser personas negafóbicas, a veces resulta muy complicado negarse. Para saber manejar esta dificultad, es muy necesario dotarse de cualidades personales, para logar ser lo máximo asertivo posible.
La asertividad consiste en defender nuestra postura de una manera clara y directa, pero siempre vigilando las formas y sin enfadarnos o caer en provocaciones.
Hay que saber diferencias que cuando decimos ‘no’, no estamos diciendo ‘no’ a la persona, sino a la información o a la petición que ésta nos da. Por lo que, ser asertivo consiste en defender nuestras ideas o conductas, estando seguros de haber tomado la mejor decisión y aunque ésta no se corresponda con lo que la otra persona nos dice que quiere, seamos capaces de defender nuestra posición y mantenernos firmes.
No hay que olvidarse de una forma encubierta de falta de asertividad, que consiste en adaptarnos al pensamiento que comparte la mayoría. No hacernos caso, no resaltar que nuestra opinión es diferente, nos hiere y por otro lado, le negamos al grupo escuchar alternativas que sin duda, sean o no correctas, enriquecerán a los demás miembros.
En el otro lado de la balanza, encontramos a las personas con una alta autoestima y una gran seguridad en sí mismas. Ellas suelen ser las personas que más dominan la asertividad y que, por consiguiente, suelen ser mucho más coherentes consigo mismas.
Este tipo de personas tan seguras de sus posturas y opiniones, suelen generar una sensación de falta de control en las personas inseguras. Esta falta de control acaba por anularles cualquier atisbo de asertividad, al pensar que el otro está en lo cierto. Pero como hemos comentado, no se trata de qué es lo correcto, sino de defender nuestro pensamiento.